NUESTRO FINAL

NUESTRO FINAL

domingo, 23 de marzo de 2014

LA ARAÑA

Sobre sus patas de rayas multicolores la araña se acerca
Suavemente pasa sobre las sombras del crepúsculo
Deslizándose antes las ventanas del infeliz muerto
Buscando a la víctima temblando en la cama
Descubriendo su temor en la siniestra reunión y ¡De pronto!
¡Un movimiento en la esquina de la habitación!
Y ya no hay nada que pueda hacer
cuando me doy cuenta con espanto
¡De que esta noche soy la cena de la araña!

Silencioso ríe moviendo su cabeza
Avanza sigilosamente ahora mas cerca por la pata de la cama
Y más suave que la sombra y más rápido que las moscas
Sus brazos me rodean y su lengua está en mis ojos....



















Ya es demasiado tarde para huir o encender la luz
La araña te está cenando esta noche
Y siento como estoy siendo comido
Por mil millones de temblorosos y peludos agujeritos....
(The Cure)

lunes, 3 de marzo de 2014

DUNAS NEGRAS

Solo por el desierto arrastraba sus piernas cansadas y con la boca seca desde hace varios días, se deslizaba lentamente por el frío nocturno de la noche en busca de  cobijo. En medio de aquel paraje desolado no había huellas ni señales de ningún tipo de rastro humano. “No pasaré de esta noche” pensaba mientras subía una duna bastante alta. Durante la subida recordaba a su mujer, besos, caricias, ojazos marrones y esa tierna sonrisa con que le obsequiaba cada mañana. Y al llegar a la cima, nada, la inmensa negrura de la noche le contemplaba. El frío cada vez más espeso, las piernas convertidas ya en plomo le hacían muy difícil la marcha y haciendo un pequeño alto en el camino para coger algo de aliento continuó adentrándose cada vez más en aquel  inhóspito vacío cuyo único sonido era el viento. “Esto es el final” pensaba “aquí se pudrirán mis huesos” y no pudiendo avanzar más por el inmenso cansancio cayó rodando ladera abajo hasta detenerse. En su desesperación le parecía oír voces como de ultratumba a través del gélido aliento fúnebre de la noche y ahí quedó tendido boca arriba esperando la llegada del fatal desenlace. Eran voces del pasado que le atormentaban y recordaban mientras moría el inmenso error perpetuo de su vil vida, los repetitivos fracasos que marcaron su rastrera existencia de mierda hasta terminar donde está,  solo, triste, moribundo, abandonado, perdido, indefenso, sediento y hambriento en mitad de ninguna parte esperando una muerte que no tardaría en llegarle.

Por la mañana volaban majestuosamente alrededor suyo una manada de buitres carroñeros para horas más tarde encontrarse ya dentro de sus tripas.