Perdido en la oscuridad de una noche cualquiera y tirado en el sofá con la débil luz mortecina de una lámpara vieja, apuro una botella de whisky
barato, con la tele encendida y la mirada hacia ninguna parte. Nunca pensé que a mi edad estaría en esta
tesitura. Sueños rotos, una existencia gastada,
sin futuro ni presente y enfermo de soledad, una soledad cruel,
despiadada que corroe hasta las entrañas.
Cansado de psicólogos y demás matasanos del coco que machacan siempre
con lo mismo e intoxicado de antidepresivos con nulo resultado. Dormir, casi no
sé lo que es y cuando suena el despertador hace ya varias horas que estoy
despierto. El curro, lo odio como a mi puerca vida, pero es quizá lo único que me
mantenga vivo, de momento, porque dentro
de unas semanas, quizá días, pasaré a ingresar en la mejor empresa que tiene
este inútil país, el inem. Las ilusiones, chicas, sueños, proyectos de vida y
demás, se fueron yendo por el retrete mientras todas las puertas se iban cerrando
poco a poco con los años y el círculo vicioso de la desesperanza
empezaba a rodar gracias al combustible del alcohol, la soledad, la
fatalidad y en mayor medida la rutina,
una rutina sangrante, inhumana, despiadada, que dinamitó todo a mi paso, como onda explosiva de bomba atómica. Esto
derivó en caída, una caídalibre, espantosa, que todavía dura y se mantiene firme.
Cuando llegue el inem ya nada me atará a esta mierda lúgubre y sin
sentido. La Muerte y el inem, cada día más cerca, los dos de la mano aproximándose fatalmente a mi encuentro. Buen negocio el tipo de la guadaña, nunca ha conocido crisis. Le arreo sin piedad al whisky, mi única compañía, que me absorbe
y me da fuerzas para resistir mientras llega el inevitable final. Cambio de canal
una y otra vez sin pensar, esperando encontrar algo que ni yo mismo sé. Aunque salga el sol
cada mañana nada tiene sentido, son días muertos,
inertes, carentes de valor. Ahogándome en alcohol en esta espesura eterna desesperada de tristeza, larga muy larga se hace
la espera mientras estos dos terminan de llegar ¿Qué tengo que perder? Nadie echará de menos a
este desgraciado tonto inútil….
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