NUESTRO FINAL

NUESTRO FINAL

sábado, 5 de abril de 2014

LA CRIATURA

Noche de truenos, caigan chuzos de punta por las calles convertidas en torrentes diabólicos, no había un alma por ningún sitio  y la oscuridad mezclada con miedo pavoroso  del más completo cáos reinante hacía presagiar un acontecimiento maligno más allá de la razón y de las oscuras  sombras siniestras que apestaban aquellas horas fúnebres  en las que reinaba la muerte. En una oscura habitación una mujer en cama estaba retorciéndose con gritos de dolor inmundo que acompañaban a los truenos de la tormenta. A merced del destino y del estrépito de aquella siniestra noche, dos médicos, una enfermera, y su cornudo esposo trataban de ayudar en una situación imposible. La malparida cuyo bebe estaba a punto de nacer se revolcaba vilmente en la cama incapaz de contener los horrendos dolores de aquel parto maldito que la mataba a cada segundo de reloj. Los truenos se mezclaban con los alaridos creando una atmósfera infernal de sangre y agonía. De pronto los dos médicos cayeron al suelo con gran espanto, con los ojos salidos de las órbitas y con el más completo horror dibujado en sus caras, paralizados e incrédulos por lo que acababan de ver. El padre se acercó a su mujer rápidamente porque asomaba ya la cabeza, médico y enfermera, otra vez al ataque trataban de sacar aquella cosa horrenda que parecía sacada del mismísimo infierno. Los alaridos eran terribles en mitad de aquella noche de truenos, el espécimen se abría paso mientras uno de los médicos mojaba sus pantalones hasta los zapatos. La enfermera chillando como una loca retirase sumida en pánico y horror mientras el otro médico terminaba de sacar aquello de entre las entrañas. La mujer, exhausta, moribunda por la pérdida de sangre y el gigantesco esfuerzo y tormento que la desgarraba por dentro en  mitad de una lujuria sangrienta de horror, no llegó a verle. Su joven esposo contempló aquel pequeño monstruo  nacido de la mujer que más quería. Ella murió pocos instantes después y el padre poseído por el dolor cogió aquella cosa, la asfixió con sus manos y lo tiró a un  vertedero de enfrente de la calle. Subió arriba deprisa para arropar a su mujer que ya poco podía hacer por ella. Médicos y enfermeras se quedaron un tiempo para tratar de consolar lo inconsolable. Había perdido a su mujer y a su hijo o lo que fuese, en una noche. Mientras una ambulancia se llevaba el cuerpo de su mujer  un desconocido encontraba aquella criatura deforme entre la basura y escondiéndola entre sus brazos, se la llevó consigo calle abajo en mitad de la lluvia, el agua y los truenos hacia la espesura de la noche……

No hay comentarios:

Publicar un comentario